Una instalación de procesado de alimentos tenía una balsa o laguna de aguas residuales de aproximadamente 11,3 millones de litros que estaba sobrecargada de sólidos, lo que generaba concentraciones altas de demanda química de oxígeno (DQO) y demanda bioquímica de oxígeno (DBO) en los efluentes. Gracias al uso de la tecnología de nanoburbujas, pudieron reducir las concentraciones de DQO del efluente y degradar el exceso de lodo que se había acumulado en la balsa.
Los procesos naturales y los aireadores de superficie existentes no proporcionaban suficiente transferencia de oxígeno para satisfacer la demanda del proceso biológico. La planta recurrió a la tecnología de nanoburbujas de Moleaer para conseguir una solución sostenible y sin productos químicos.
Mayor transferencia de oxígeno
Ahorro potencial de energía